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En este capítulo vuelvo dar las gracias a mi padre por sus sabios consejos en el terreno laboral, profesional y sentimental. Aún sigue dándome consejos. Cada día le pido fuerzas y templanza. Y siento que él me las concede. Todos necesitamos un guía, aunque conozcamos el camino a seguir. El guía nos acompaña en el camino y nos ayuda a saltar los obstáculos. El guía marca nuestros pasos hacia un destino seguro.

Sigue mi periplo en el mundo laboral

Mi periplo laboral acababa de empezar. Después de dejar “Construcciones Erluic S.L.”, comencé a buscar un nuevo trabajo. Y dio la casualidad de que volvió a aparecer una “madrina” ya conocida por nuestra familia, Carmen B. Ella tenía una asesoría llamada Grupo Asesor Begueren la Plaza San Pedro Nolasco nº 1 de Zaragoza. Ella me llamó para que acudiese a su oficina para tener una entrevista.

Llevé mi currículum y empezaron las preguntas y le siguieron las respuestas. Enseguida congeniamos y en septiembre de 2003 empecé a trabajar a media jornada en “Grupo Asesor Beguer”. Aprendí muchísimas cosas trabajando en esa asesoría fiscal y contable. Carmen B. era una mujer muy inteligente y muy resolutiva. Cuando entré a trabajar allí, ella estaba a punto de dar a luz a su segundo hijo. Esta apremiante circunstancia hizo que me tuviese que poner rápidamente al día con todos los temas de la asesoría.

Todo cambió el 17 de Mayo de 2021

Al ser un trabajo a media jornada, y sólo de mañanas, yo estaba interesada en trabajar también por las tardes en otro lugar. Surgió la oportunidad de unirme al despacho de abogados “Ledesma y Aguirre S.L.” para llevar la contabilidad y asesoramiento fiscal de algunos de sus clientes. Mi jefa, Carmen B., conocía ese bufete de abogados, así que no dudé en empezar a trabajar con ellos.

Estaban situados en la calle Josefa Amar y Borbón nº 5. En ese despacho estaba domiciliado el consulado de Francia en Aragón. Y es que la cónsul de Francia en Aragón era la madre de los hermanos Ledesma, socios mayoritarios del despacho. Ella se llamaba Mireille Gelas de Ledesma. Nunca olvidaré a esa señora que encarnaba la viva imagen de una mujer con un cargo importante. Era elegante, firme y muy sensata. Me dio sabios consejos. En la actualidad, es su hijo Rafael Ledesma quien ostenta el título de cónsul de Francia en Aragón. Lamentablemente, o afortunadamente, dejé de trabajar en ese despacho porque los socios, E. Aguirre y los hermanos Ledesma, se iban a separar profesionalmente y llevaron a cabo una reestructuración de plantilla.

Todo cambió el 17 de Mayo de 2021

Enseguida me salió otro trabajo de tardes, siempre compaginado con el trabajo de la mañana. En este caso empecé a trabajar para Mar Vaquero que era la alcaldesa de María de Huerva. Ella era conocida de un cliente de “Grupo Asesor Beguer S.L.”.

Ella me ofreció un puesto por las tardes en su asesoría “Marva Asesores S.L.”. Yo acepté encantada la proposición. De Mar Vaquero recuerdo lo empática que era y cómo conectaba con las personas, preocupándose por ellas y sus problemas. Era además una mujer muy elegante y coherente. Empezó a dar sus primeros pasos en política y se hizo militante del PP de Aragón. A medida que pasaron los años la política ocupaba todo su tiempo y en 2010 Mar Vaquero decidió dejar la asesoría. Otra vez me quedaba coja de trabajo. Así que, otra vez tenía que encontrar un trabajo de tardes.

Todo cambió el 17 de Mayo de 2021

Un día estando en la oficina por la mañana en “Grupo Asesor Beguer S.L.” vino el socio único de un bufete de abogados que estaba en el mismo edificio que la asesoría. Me dijo si podía trabajar en su bufete por las tardes, y sin dudarlo dije que sí. Ese bufete tenía un departamento de comunidades de propietarios y yo me encargaba de la contabilidad de dichas comunidades.

Todo cambió el 17 de Mayo de 2021

Lo mejor que me llevo de allí son mis dos buenas amigas Marisa y Belén.

Marisa, una de las pocas personas que consigue que le salgan flores a los cactus y que tiene un sobrino que es un artista y se llama Miguel igual que mi sobrino.

Belén, una madre entregada a sus hijos, a su marido y a las causas solidarias. Unas chicas sensatas, discretas y con unos valores de vida muy humanos y generosos. En una ocasión a uno de los hijos de mi amiga Belén le mandaron en el colegio unos problemas de física y química bastante complicados. Yo le dije a mi amiga que igual mi padre podría echarle una mano a su hijo con esos problemas de estudios. En cuanto le comenté a mi padre la situación, él sin dudarlo cogió hoja y papel y se puso a escribir las respuestas a esos problemas en la mesa de su despacho. Se quedó hasta muy tarde por la noche resolviendo los problemas para que al día siguiente el hijo de mi amiga pudiese salvar los muebles en su asignatura de Física y Química ¡Mi padre siempre ayudando!

En estos momentos me acuerdo especialmente de mi amiga Belén que hace una semana perdió a su hermano. La pérdida de un ser querido es una materia que no se estudia en ningún libro y a la que nos enfrentamos casi sin armas para defendernos de algo que desconocemos por completo.

Todo cambió el 17 de Mayo de 2021

En Grupo Asesor Beguer S.L. estuve prestando mis servicios todas las mañanas desde septiembre de 2003. Sin embargo, debido a unas diferencias irreconciliables que se solucionaron finalmente en los juzgados, dejé de trabajar allí en mayo de 2014.

A veces las cosas tienen que finalizar, para que pase el tiempo y se vea todo con perspectiva. Y aquello que parecía irreconciliable en su momento, se convierta en reconciliable en la actualidad. De hecho, recientemente volví a coincidir con mi ex jefa Carmen B. Después de casi 8 años sin vernos, lo que primó en ese momento fue el aprecio y el cariño que nos teníamos mutuamente. Ella, que fue alumna de mi padre como opositora a Inspector de Hacienda, quedó muy triste por la muerte de su mentor.

Una vez dejé de trabajar por las mañanas en “Grupo Asesor Beguer S.L.”, enseguida me contrataron a jornada completa en el bufete de abogados que trabajaba por la tarde y continúe allí llevando las contabilidades de comunidades de propietarios. Desgraciadamente, el dicho de que una manzana podrida puede echar a perder el resto de un frutero” es cierto. Eso pasó en ese bufete. Afortunadamente, la bruja ofreció la manzana envenenada a Blancanieves y ésta la aceptó gustosamente. Y la manzana envenenada no acabó con su vida, sino que le hizo respirar de nuevo. Y volver a buscar. Era el año 2018 y me sentía aliviada, libre de volver a empezar.

Mi padre siempre me decía:

“¡qué suerte que tienes, parece que en vez buscar trabajo los trabajos te buscan a ti!”.

Y tenía razón. Y volvió a pasar.

Mi hermana Irene conocía a un señor que llevaba una asesoría de empresas en el Paseo Independencia. Tuve una entrevista con él y fui contratada ese mismo día. Mi hermana Irene hizo su papel de “madrina” a la perfección. Los primeros años en este trabajo fueron buenos, pero desgraciadamente llegó el coronavirus y todo cambió.

Yo estaba muy concienciada con el tema de un posible contagio porque vivía con mis padres y mi padre estaba delicado de salud. En ese trabajo presencié actitudes que no me parecieron éticas respecto a la pandemia y decidí dejar de trabajar allí. Tuve muchas dudas a la hora de tomar esa decisión. Si me iba del trabajo por voluntad propia no iba a recibir indemnización e iba a perder mi derecho a la prestación por desempleo. Pero la salud de mis padres era lo primero.

Tuve una conversación con mi padre para que me a aconsejase sobre qué hacer. Todas mis dudas se disiparon. AFORTUNADAMENTE, presenté mi carta de dimisión en noviembre de 2020. Me tomé 7 meses sabáticos en plena pandemia. Eso me permitió dedicar el máximo tiempo posible a mis padres, sobre todo cuando mi padre fue hospitalizado y tristemente falleció el 17 de mayo de 2021. Doy gracias a Dios por haber podido pasar con mi padre sus últimos meses de vida. Eso no habría sido posible si hubiera estado trabajando. El trabajo no lo es todo, y no todo vale por el trabajo.

Después de que falleciese mi padre, yo estaba desolada. De hecho, durante la estancia de mi padre en el hospital me llamaron para ocupar un puesto de trabajo. Mi padre era lo más importante en ese momento, así que rechacé la oferta de trabajo. DESGRACIADAMENTE, mi padre falleció. Estaba abatida y mi alma estaba perdida.

De nuevo me volvieron a llamar del mismo puesto de trabajo. Mis hermanos, mi madre, mis familiares y mis amigos me aconsejaron que era el momento adecuado para retomar la vida laboral. No estaba convencida para nada porque se me había ido mi todo. Sin embargo, empecé a trabajar cinco días después del fallecimiento de mi padre. En ese momento el trabajo me ayudó empezar a salir de una oscuridad en la que estaba inmersa. No veía la luz, pero ya no había tanta oscuridad.  Fernando L., el buen amigo de mi padre, estaba detrás de este bote salvavidas que apareció en medio de la tormenta. Hasta el día de hoy sigo en ese bote salvavidas y sigo en medio de la tormenta. Pero voy guiada por mi padre, una brújula invisible que nunca me abandonará.

En cuanto al amor, como dije en el capítulo anterior, “los caminos del amor son inescrutables”. Después de mi primer novio, Paul, no tuve ninguna relación seria. Fui, soy y seré un espíritu libre.

Recuerdo que mi padre me decía que

“me echase un novio de veras y no estuviese con los chicos de mi vida”.

Y es que siempre que conocía a un chico que me gustaba yo le decía a mi padre: “He conocido al hombre de mi vida”. Sin embargo, nunca fue así. Nunca conocí al hombre de mi vida. Cosas de la vida, cosas del amor, cosas del querer.